El meteorólogo habló del difícil camino transitado a causa de la patología que lo ha acompañado desde su adolescencia, la cual le ha traído una serie de complicaciones en su diario vivir. Su hijo también sufre de DA.
En el marco de un Instagram Live organizado por la campaña #Tengodermatitisatópica, Gianfranco Marcone, meteorólogo y diagnosticado a los 18 años con Dermatitis Atópica, se refirió a esta enfermedad y cómo ha sido convivir con ella durante gran parte de su vida.
“No es un camino fácil”, declaró en un principio Marcone. “Yo nací muy alérgico, nací asmático, rinítico, todas las ‘iticas’ posibles. Tuve una niñez súper complicada con muchas enfermedades, me daba amigdalitis una vez al mes o incluso semana por medio, pero al menos nunca hubo indicio de Dermatitis Atópica, hasta la época en que salí de cuarto medio”.
“En ese momento -agregó- me vino un brote terrible, muy severo, una cuestión increíble, explosiva. Literalmente yo me despertaba, me levantaba y la sábana me seguía, la tenía pegada en la espalda por culpa de las llagas que tenía. Me acuerdo que pasó algunas veces que me preguntaban si me había tratado de suicidar por la marca roja que tenía alrededor del cuello en la zona de pliegue… y eso me pasaba también en todos los pliegues de los brazos, detrás de las rodillas, en fin, una pesadilla, por suerte a esta altura ha bajado la intensidad, pero igual está…por lo que no puedo bajar los cuidados”
A pesar de lo crítico de la situación en un principio, el también magíster en Cambio Climático señaló que con el paso de los años aprendió a convivir con esta condición. “Uno aprende a vivir con esto, ya van 30 años con esta enfermedad”, indicó.
“Por ejemplo, cuando estaba en la universidad y tenía un poco más controlada la situación, yo salía obviamente a fiestas, donde había alcohol de por medio, y sabía que al otro día me iba a bancar la alergia, pero también sabía que si tomando agua y yendo al baño muy seguido se me iba a pasar un poco, y eso lo tengo más que claro hasta el día de hoy. Yo no debería ingerir alcohol, chocolate, café ni maní. A veces lo hago y sé las consecuencias de eso”, confesó.
Además de tener restricciones con productos alimentarios, la figura de TV indicó que “este proceso también ha significado un ir y venir de probar productos de todo tipo, porque yo no puedo ni siquiera usar un desodorante normal, tiene que ser uno especial, al igual que el shampoo y algunas cremas”.
En este sentido, el meteorólogo comentó que desde hace unos años, el esfuerzo dentro de su hogar se ha multiplicado por dos, pues su hijo también fue diagnosticado con la patología. “La gran diferencia entre la Dermatitis Atópica mía y la de mi hijo es que a mí se me diagnosticó en la adolescencia, a él cuando nació. De hecho él también tuvo alergia alimentaria”.
Implicancia del clima en la patología
La conversación estuvo dirigida por el doctor Javier Arellano, dermatólogo de la Clínica Santa María La Dehesa, Jefe de Dermatología del Hospital San Borja Arriarán y gestor de la campaña #Tengodermatitisatópica (www.tengodermatitisatopica), profundizó junto a Marcone en las consecuencias que pueden tener las altas o bajas temperaturas en un paciente de DA.
“Los extremos de temperatura, mucho calor o mucho frío, pueden ser factores que faciliten el desarrollo de la enfermedad o la exacerbación de la misma cuando esta está diagnosticada. Yo siempre recomiendo que los pacientes eviten el sobreabrigo, porque por ejemplo el calor y la sudoración, pueden exacerbar la DA”, precisó el especialista.
Por su parte, Gianfranco Marcone sostuvo que “es complicado, porque sí o sí hay que tener en consideración el estado del clima a la hora de hacer planes. Por ejemplo, a mi me encanta ir a la playa, pero no puedo estar todo el día tomando sol, porque se me hinchan los ojos y me hace pésimo en general. Entonces si consideramos el cambio climático, las olas de calor son cada vez más frecuentes, por lo tanto salir al aire libre resulta más difícil”.
Ley Ricarte Soto
Al ser consultado por la cobertura que tiene la enfermedad en Chile, el Dr. Arellano manifestó que “hoy en día, los pacientes graves de DA tienen medicamentos con aprobación específica para ellos, pero el tema es que el valor de estos son muy elevados, estamos hablando desde 400 mil pesos hacia arriba, lo que significa que una proporción importante de pacientes no podrá acceder a ellos”.
“Para solucionar esto, a fines del 2019 se postuló la patología a la Ley Ricarte Soto a través de agrupaciones de pacientes, sociedades científicas y la industria farmacéutica, para que se considerara como importante de ser cubierta. El problema es que luego de eso llegó la pandemia, y todos los recursos de la salud se redistribuyeron hacia la atención de pacientes críticos de COVID”, añadió.
“Aparentemente el 2023 o el 2024 habrá una nueva oportunidad para postular, pero mientras no exista esta cobertura, no se puede financiar de forma constante a los pacientes, por lo que hay que buscar ayuda en las municipalidades o en los hospitales públicos. Es algo muy complejo, porque se convierte en algo inaccesible para la mayoría de la población”, cerró el médico.
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