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Desde los primeros pedidos gestionados en su propia casa hasta la apertura de un local lleno de energía, Diego y Paula decidieron apostar por su propio sueño: levantar un negocio familiar con identidad y compromiso. Tras 17 años de experiencia en el rubro automotriz, dejaron atrás el trabajo para otros y comenzaron este nuevo camino, donde lo esencial no es solo vender un repuesto, sino brindar una solución real a cada cliente.
En Repuestos Rancagua, más que piezas automotrices, se ofrece cercanía, dedicación y un servicio hecho a la medida. Ya sea un encargo especial o una importación que tome algunos días, la respuesta siempre está: aquí nadie se va sin una alternativa. Con precios justos, atención directa y un conocimiento profundo del rubro, ahora también suman su nueva página web —www.repuestosrancagua.cl— como una herramienta para seguir acompañando a sus clientes con asesoría y venta de repuestos para Chevrolet, Ford, Dodge, Chrysler e Isuzu.
Por: Exequiel Aleu Monasterio
En el tradicional sector donde todo rancaguino va por sus repuestos automotrices, en la equina de calle Union Latinoamericana 710, con Maruri1094, local 3 de Rancagua se respira esfuerzo, conocimiento y una vocación real por ayudar. Así nace Repuestos Rancagua, una empresa familiar creada por Diego Antonio Videla Yáñez y su esposa Paula Fernanda Ortiz Tapia, quienes decidieron dar el salto tras 17 años de experiencia en el rubro automotriz.
"Queríamos algo propio, algo que fuera para nosotros, y sobre todo algo que pudiera dar soluciones reales a la gente", dice Diego, con ese tono de quien ha aprendido el valor de mirar a los ojos a cada cliente.
El diferencial de Repuestos Rancagua no es solo el catálogo —que incluye Chevrolet, Ford, Dodge, Chrysler, Isuzu y más por encargo o importación—, sino el trato personalizado, la preocupación verdadera y la voluntad de encontrar lo que otros no tienen. "Aquí, si no lo tengo, te lo busco. Te lo encargo, lo importo, pero te doy una solución", asegura Diego.
La historia comenzó en su propia casa, con unos pocos productos en stock. Hoy, en menos de un año, ya cuentan con un local casi al 80% operativo, con un crecimiento sólido y una clientela que reconoce su servicio humano, su disposición y precios competitivos. “Nos mueve más que las lucas. Queremos crecer y que la gente confíe”, dice Paula, quien, sin venir del mundo automotriz, se ha integrado por completo al proyecto familiar.
Este mes celebran un año de vida y anuncian con entusiasmo el lanzamiento de su sitio web www.repuestosrancagua.cl, que promete precios tan accesibles como en Santiago, sin el costo ni el riesgo de viajar.
En un mercado saturado de indiferencia, Repuestos Rancagua apuesta por el vínculo, la solución y la palabra cumplida. Una familia que entiende que más allá de un repuesto, lo que importa es que puedas volver a andar.
📍 Unión Americana 710, esquina Maruri 1094, local 3 — @repuestosrancagua
En un espacio silencioso de Avenida Membrillar, donde el invierno se posa sin pedir permiso, hay un local que parece resistir el frío con una sola arma: el calor del chocolate. Se llama Clode, un nombre con resonancia francesa, pero con alma chilena. Es la síntesis de “Claudia” —en versión afrancesada— y el reflejo de un legado familiar que derretía dulzura en silencio desde hace años, y cuyos aromas hoy despiertan memorias y sabores que evocan historias.
Una invitación abierta al corazón del sabor
Uno de los enfoques principales de la tienda es la confección de disfraces y manualidades, por lo que su catálogo está siempre adaptado a las necesidades del momento. Además, sus precios son considerablemente accesibles:
Un paso hacia lo digital
