CUANDO LA ESPIRITUALIDAD SE CONVIERTE EN GUÍA

Más allá del mito y la superstición, las runas nórdicas y el tarot se presentan como caminos de autoayuda y reflexión personal. Lejos de prometer destinos fijos, invitan a descubrir cómo nuestras decisiones, pensamientos y acciones moldean la realidad.

Por: Exequiel Aleu Monasterio

En pleno Paseo Estado a media cuadra de Mujica, Magaly Monserrat Omedo Jauregui recibe día a día a quienes buscan algo más que respuestas inmediatas: buscan orientación, escucha y sentido. Con más de 15 años de experiencia en el mundo esotérico, Magaly no se define solo como tarotista o runista; prefiere verse como una orientadora espiritual. Su local, que mantiene desde hace cuatro años en el centro de la ciudad, es el punto de encuentro entre la intuición, el conocimiento ancestral y la búsqueda personal.

Aunque sus herramientas principales son las runas nórdicas y germánicas, Magaly afirma que no se trata simplemente de interpretar símbolos. “Las runas te llaman”, dice con convicción. “Es como un imán, una atracción inexplicable, tal como ocurre con el tarot o incluso con los santos. No se elige al azar, hay un llamado”.

Antes de consolidarse en su local actual, pasó más de una década en calle Bueras, donde combinaba su veta espiritual con la venta de joyería de estilo hippie, línea que aún comercializa. Con el tiempo, el camino la llevó de forma más decidida hacia lo esotérico. Hoy su tienda se centra en productos de protección, limpieza energética y asesoría personalizada.

“La suerte no existe, se la hace uno mismo”, sentencia sin rodeos. Para Magaly, todo lo que pensamos, lo que decimos y lo que decidimos, influye en nuestro camino. “Las decisiones que tomamos son las que determinan quiénes somos. Si alguien decide engañar o dañar, los resultados hablarán por sí solos. En un segundo puede cambiar todo”. En su visión, el tarot y las runas no son instrumentos de adivinación sino de autoconocimiento, una herramienta que, bien usada, puede potenciar la capacidad de cada persona de hacerse cargo de su destino.

Quienes la visitan lo hacen muchas veces buscando ser escuchados. Y ella lo sabe. Por eso, más allá de los diplomas que ha obtenido en el estudio del tarot y las runas, su verdadero valor está en la escucha activa y en la capacidad de leer lo que a veces ni las propias personas pueden poner en palabras.

Crítica del mundo actual, Magaly no duda en señalar con firmeza ciertas realidades que considera alarmantes: los abusos dentro de la Iglesia, la corrupción en la política, la delincuencia creciente. Para ella, todo eso demuestra que el problema está dentro del ser humano: “Cada persona tiene el bien y el mal dentro. Lo importante es cómo elegimos actuar. No hay justificación para obrar mal”.

Durante la pandemia, lejos de detenerse, continuó con su proyecto con la misma convicción que la ha acompañado siempre. Y es que, como ella misma dice, este camino no fue planificado: antes de dedicarse al mundo espiritual, fue vendedora apatronada. “Jamás imaginé entrar en este mundo, pero llegó a mí y lo abracé con respeto”.

Hoy, su tienda no solo es un refugio para quienes creen en las energías, las runas o el tarot, sino también para quienes buscan comprensión y guía. En su visión, el despertar no está en lo material: “Nos han hecho creer que la materia es lo importante, pero debemos salir de esa ilusión. Hay que mirar más profundo”.